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Anonymous
Sin él a mi lado no supe como llevar esto, supe que no podría con el hijo sola, y no por dependencia, me costaba mucho imaginarlo crecer sin una familia sólida, sin un padre a su lado. Mi mamá trabaja en un jardín de niños y siempre me cuenta las historias de los niños que tienen una familia disfuncional, definitivamente yo no quería ese futuro para mi hijo, me imaginaba su carita viendo a otros niños con su padre al lado y se me rompía el corazón. Con todo el dolor de mi alma y pensando primero en el futuro de mi hijo y en que yo no estaba preparada emocionalmente para esa vida decidí interrumpir mi embarazo. Mi bebé se llamaba Rodrigo, muchas veces lo soñé y platiqué con él. Quiero pensar que él me entendió, le pedí perdón y entonces acudí a la clínica.
Mi historia en la clínica fue algo dolorosa, llegué nerviosa y con un poco de indecisión, me tomaron los signos vitales, me hicieron un ultrasonido y nunca me preguntaron si estaba segura, directamente me explicaron el procedimiento, me cobraron y me dieron dos pastillas, tenia que esperar 2 horas, pero a la hora sentía morirme, sentía los cólicos mas intensos que he sentido en toda mi vida, sudaba frío y ya no podía estar en posición recta por el dolor, me pasaron a la camilla, pero como ya estaban programados los horarios no pudieron adelantarme el procedimiento. Recuerdo que me pusieron suero, no sentí la aguja, era mas fuerte el dolor del cólico, me pusieron compresas calientes y medio me quedé dormida del dolor. Al fin después de las 2 horas acordadas me metieron a quirófano, me presentaron a la anestesiologa y a la doctora, me pusieron anestesia y me dormí, cuando desperté (como 20 minutos después) ya estaba en la sala de recuperación, ya no me dolía nada y me dijeron que había sido un procedimiento exitoso. Ya no estaba embaraza, ya Rodrigo había vuelto al cielo. Al momento me sentí muy bien, me sentí en paz, me sentí liberada. Nunca tuve alguna complicación médica.
Los días posteriores mi cuerpo se recuperó, ya podía hacer todo normalmente, pero en las noches, lloraba por horas hasta quedarme dormida, soñaba cosas feas, soñaba que me perseguían, despertaba sudando, en las mañanas antes de irme al trabajo lloraba y lloraba, sentía el vacío mas grande de mi vida, no podía continuar mi vida, hasta que Rodrigo vino a verme en mis sueños y me dijo que tenia que perdonarme para poder seguir, me dijo que él estaba muy bien y que no me odiaba, que tal vez así tenían que pasar las cosas.
Nunca más lo volví a soñar ni tuve los sueños feos que me atormentaban, entiendo que no era el tiempo. Ahora le mando besos al cielo y le agradezco a Dios que me haya permitido salir de eso, estoy a un mes de casarme con un hombre maravilloso que me ama y acepta con mis errores, defectos y pasado.